10 películas imprescindibles para conocer el cine paraguayo
Un cine audaz que ha logrado imponerse en el mundo en los últimos años.
A pesar de la dificultad para la inversión en el cine, Paraguay ha logrado construir un acervo audiovisual único en Latinoamérica. Recuerdo que en la universidad solían decirnos que la Guerra del Chaco —conflicto entre Paraguay y Bolivia entre 1932-1935— fue uno de los primeros en Sudamérica con registros grabados. Las cámaras estaban, aunque al servicio de la propaganda.
Con el tiempo, y a lo largo del siglo XX, aparecieron cineastas que con audacia lograron imponerse en un mercado de distribución hegemónico. Esto nos trae a mi top personal de 10 películas favoritas del Paraguay que busca responder preguntas como: ¿qué historias paraguayas fueron contadas en la pantalla grande?, ¿cómo se ven los paraguayos a sí mismos en el cine?
Esta lista es un aporte para dar a conocer el cine paraguayo a quienes buscan aproximarse a él por primera vez. Un cine aún incipiente que busca rendijas por donde colarse y brillar en las salas dentro y fuera del Paraguay. Porque como cineasta sé muy bien que terminar una película en este país es una osadía que vale la pena celebrar.
10. Paraguay, droga y banana (2016)
Tenía que estar el documental político de Juan M. Salinas. Una investigación rigurosa que apunta con el dedo y sin ruborizarse a los responsables de la narcopolítica en Paraguay. Expone además las terribles consecuencias sociales y económicas que afectan a todo el país hasta hoy.
Esta película le puso cara a la corrupción que nos aqueja a los paraguayos, generando conversaciones incómodas y debates de todo tipo.
🏆¡GANAMOS! Anoche, The Paraguay Post ganó el Premio Nacional de Periodismo Ambiental por nuestra investigación sobre deforestación y narcotráfico en la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú.
Un enorme agradecimiento a la Agencia Global de Noticias, la organizadora del premio, y al programa de Periodismo por la Acción Climática por apoyar nuestro trabajo. Gracias a todas las personas de Canindeyú que confiaron en nosotros sus historias.
¡Felicidades a nuestros colegas ganadores en Ciencia del Sur y Revista Pausa!
9. Morgue (2019)
La película, dirigida por Hugo Cardozo, nos recordó que también hay artistas audiovisuales en el interior del país que quieren taquilla en las salas; en este caso, procedente de Encarnación. Con una obra de terror muy bien ejecutada, Morgue sorprendió al público y hoy es un hito de realización comercial, que incluso fue adquirida por Paramount Pictures para producir un remake estadounidense.
La historia trata de Diego, un joven que asiste a su primer día de trabajo en la morgue del Hospital de Encarnación. Un lugar muy solitario y sombrío, donde pronto experimenta espíritus paranormales y queda atrapado. La producción se sostuvo en los efectos prácticos y de sonido para mantener el terror y la tensión en todo momento.
8. Miss Ameriguá (1994)
La vuelta a la democracia nos encontró con una nueva generación de cineastas sedientos por rodar, entre ellos, el director Luis R. Vera, que logra esta coproducción paraguayo-sueca.
La película es una tragicomedia muy pintoresca. Asistimos a los preparativos para la elección de reina de un pueblo paraguayo, a través de ella conocemos la corrupción, la rebelión y la idiosincrasia del Paraguay, a veces surrealista.
Puede que no sea una película perfecta, pero fue un aire fresco en nuestro patrimonio cultural.
Me encanta además ver a la ciudad de Areguá como locación, tiene ese carisma de pueblo chico, antiguo y colorido, que es fotogénico y parece haberse quedado en el tiempo. Muchas personas involucradas en el proyecto son hoy maestros en las escuelas de cine y siguen apostando a una producción autóctona e identitaria.
7. Matar a un muerto (2019)
Dirigido por Hugo Giménez, este inquietante thriller nos conduce a los años setenta en el monte, durante la dictadura militar stronista. Dos hombres se dedican a recoger los cuerpos de personas asesinadas —de forma clandestina por el régimen de Stroessner (1954-1989)— de la orilla del río para posteriormente enterrarlos. Un día descubren que uno de los cuerpos todavía respira y debaten si deben matarlo, lo que supone un problema ético que pone en riesgo el trabajo y la humanidad de nuestros protagonistas.
La paleta de colores, la espesura de la vegetación, el guaraní tosco y el clima que nos muestra dibujan muy bien al Paraguay. Es como ver una película basada en el universo literario del escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, al menos así me imagino yo sus cuentos.
6. Apenas el sol (2020)
El documental de Arami Ullón, es una premonición de catástrofe por ocupación colonial y desplazamiento de pueblos originarios. Muestra a Mateo Sobode Chiqueno que desea rescatar a toda costa la memoria de su pueblo, los ayoreo, a través de cintas y una vieja grabadora. Mateo recorre el Chaco buscando testimonios, canciones y rituales para que su cultura no sea olvidada.
Fui a verla al cine y me dejó mirando el plano final con muchísima angustia y apretón en el pecho. Es una experiencia profundamente reflexiva.
5. 7 Cajas (2012)
No podía faltar la película más famosa, taquillera y querida de nuestra generación, dirigida por la dupla Maneglia-Schémbori. Viví el estreno en mi adolescencia y fue lo más parecido al sentimiento de unión nacional que genera el fútbol en un mundial. Creímos que se abría una puerta gigante y el cine paraguayo sellaba una nueva etapa con letras doradas.
Un thriller en el Mercado 4, donde seguimos a Víctor en su travesía de entregar siete cajas que promete una buena recompensa, pero una tarea sencilla se convierte en una pesadilla.
Esta obra catapultó a Lali González, también nos regaló el hit que hoy es un clásico del repertorio popular, “Huye hermano” de la banda Revolber.
La carrera de cinematografía nunca tuvo tanto alumnado como después de esta película, porque mostraba que el “cine comercial” también era producible en un país como el nuestro.
4. El Pueblo (1969)
Este mediometraje documental, dirigido por Carlos Saguier, desafió la censura de la dictadura de Stroessner y las formas convencionales del cine, llevando la bandera paraguaya a la ola de la Vanguardia Latinoamericana de los 60.
Muestra con realismo la cotidianidad del campo, muy alejado de la propaganda nacionalista que instauraban los medios oficiales de la época. Un viaje sensorial, cargado de poética y estilo en el montaje. Su visión artística fue coraje en tiempos tenebrosos, por eso tiene ganado su puesto.
3. Hamaca Paraguaya (2006)
Paz Encina fue una de las primeras en poner a Paraguay en el mapa mundial, compitió en la categoría Un certain regard en Cannes y trajo el premio de la crítica internacional. Esta película es muy necesaria para comprender que otras miradas, ritmos y texturas, alejadas del estilo hollywoodense, pueden ser posibles. Es importante buscar nuestro propio lenguaje cinematográfico para retratarnos como país.
Una obra minimalista sobre la espera, donde acompañamos a Cándida y Ramón quienes aguardan con esperanza el retorno de su hijo enlistado en la Guerra del Chaco. Le tengo muchísimo cariño porque el DVD de la película me lo prestó una profesora en el octavo grado y fue poético mi encuentro con ese cine contemplativo.
2. Las Herederas (2018)
La película dramática de Marcelo Martinessi es un viaje de exploración identitaria, de liberación y un retrato económico del estatus asunceno. Tiene un brillante elenco de mujeres actrices.
Nos cuenta la historia de Chela y Chiquita, una pareja de la alta sociedad capitalina que, después de vivir cómodamente, atraviesan problemas económicos a sus sesenta años. Vale la pena asistir al gran papel de Ana Brun porque se come la cámara con los ojos y le valió el Oso de Plata a la Mejor Actriz en la Berlinale. Una obra sensible, con amor a los detalles. Todo el arte acompaña la decadencia de esta pareja. La dirección se esmeró, desarrollando los personajes con cariño y dándole diálogos reales.
Uno de los desafíos que nuestro cine todavía atraviesa, es lograr diálogos orgánicos para que se “escuche con acento local” y Martinessi consigue eso muy bien en Las Herederas.
Cabe destacar el episodio mediático que sufrió la película, luego de ser insultada por miembros de la Cámara de Senadores. Personalmente creo que cuando el arte mueve el avispero, tiene ganado su espacio por la osadía de la disidencia.
1. 108 Cuchillo de Palo (2010)
El documental íntimo de Renate Costa es mi primer lugar indiscutido. La directora nos invita a su casa y no teme aparecer en cuadro, conversa e interpela a su familia sobre su tío gay, fallecido durante la tiranía stronista. Hay una lucidez increíble en el legado de Renate, que desde la vulnerabilidad en las conversaciones y silencios incómodos, expone una sociedad conservadora, doble moral y represiva.
El número 108 es una cifra con mucho estigma en Paraguay hasta ahora, asociado a la persecución y represión de la comunidad LGBT+ durante la dictadura de Stroessner. Renate resignifica ese número en memoria de su tío. Me conmueve profundamente cada vez que la veo y me sorprende cómo la radiografía de una familia puede ser la de todo un país.
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Dónde ver películas paraguayas
Cine de Barrio: Del cineasta paraguayo Marcelo Martinessi, ofrece un íntimo espacio en el tradicional barrio asunceno Las Mercedes con propuestas de cine paraguayo, latinoamericano y mundial.
Cineclub Itinerante: Un club de cine móvil conformado por cinéfilos con inquietudes sociales que buscan debatir películas en bares, centros culturales y espacios públicos.
ASUFICC: El Festival Internacional de Cine Contemporáneo de Asunción tiene lugar en octubre y es una oportunidad para conocer las figuras emergentes y consagradas del cine paraguayo contemporáneo.